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Monstruos Más Débiles de Dungeons And Dragons

Portada Monstruos Más Débiles de Dungeons and Dragones

¿Sabes cuáles son los monstruos más poderosos de Dungeons & Dragons? ¿Y los más inofensivos?

Hoy te traemos un ranking donde nos enfocaremos en la categoría de los más débiles que será muy útil para crear nuestras partidas de nivel más bajo. A los aventureros siempre es bueno darles una de cal y otra de arena, y aunque darles monstruos inofensivos en ocasiones puede hacer que se relajen ciertos jugadores, pero luego…

¡Zas! El peligro real está a la vuelta de la mazmorra.

Los Más Débiles de Dungeons & Dragons

Comenzamos nombrando a los 10 monstruos que podemos usar en D&D para calentar un poco la partida e ir dando señales de alerta a nuestros aventureros.

Sin duda conoceremos a estos monstruos del bestiario de Dungeons and Dragons, pero lo cierto es que nunca fallan en una partida, sobre todo si los personajes aún tienen un nivel bajo.

10. Goblin 

Los primeros encuentros en muchas campañas de D&D suelen involucrar a estas criaturas. Y es que los goblins son el desafío perfecto para los principiantes: son físicamente débiles y confían en sus tácticas grupales para rodear al enemigo, lo que obligará al grupo a colaborar para compensar su inferioridad numérica.

9. Kobold

Cuando un DM ha dirigido varias aventuras de bajo nivel y quiere variar las criaturas que utiliza, es el momento ideal de sacar a los kobolds al escenario.

Presentes desde la creación del juego, fueron incluidos como alternativa a los goblins, aunque la tercera edición fue algo más amable con ellos.

 

 

golbin

8. Gibberling

Poco más que bestias sin sentido, los gibberlings, a diferencia de goblins y kobolds, ni siquiera sirven para ser entrenados por osgos o hobgoblins.

La idea de una horda de criaturas peludas y aullantes parece aterradora sobre el papel; pero son tan increíblemente fáciles de derrotar que incluso un grupo de granjeros, armados con herramientas agrícolas, puede pararles los pies.

7. Lémur

Aunque demonios y diablos sean algunas de las criaturas más temidas de Dungeons & Dragons, en la parte más baja de la cadena alimentaria diabólica encontramos a estas masas de carne podrida de aspecto patético.

Su nula velocidad y sus pobres capacidades para hacer daño están en sintonía con su aspecto.

6. Garra Reptante

Creadas como resultado de un ritual mágico, las garras reptantes son el gemelo malvado de Cosa, la mano de La Familia Addams.

Con solo dos puntos de golpe, estas diminutas criaturas solo pueden servir como distracción, ya que difícilmente supondrán un peligro.

5. Esqueleto Pequeño

Cuando se trata de opciones estereotipadas para un encuentro para principiantes, los esqueletos son los únicos que superan a los goblins.

El tamaño de un esqueleto depende del de la criatura de la que ha sido animado, así que, si los normales ya no parecen muy desafiantes, imagina uno del tamaño de una Barbie.

4. Hombre de Barro

En D&D prácticamente cualquier cosa puede ser un monstruo, desde un cofre hasta una alfombra. El barro, claro está, no iba a ser una excepción.

Los hombres de barro no pueden hacer daño directo, solo ensuciar y ralentizar a los aventureros. Eso sí, si alguien se acerca demasiado, el hombre de barro puede inmovilizarle.

3. Rata Cráneo

A veces puede parecer que todos los posaderos del mundo tienen problemas con ratas, y entre las más débiles se encuentran las ratas cráneo.

Creadas por los azotamentes, son ratas con el cerebro visible y brillante. Eso les hace perder cualquier ventaja de sigilo, la única ventaja de este tipo de animales.

 

Cranium Rat

2. Hongo Chillón

Quien se adentre en la Infraoscuridad se verá las caras, tarde o temprano, con los micónidos.

Esta raza de hongos sensibles y venenosos cuenta con muchas variantes, y la más patética de todas es la del hongo chillón. Tiene el tamaño de un hombre, ha desarrollado pulmones, y lo único que sabe hacer es… bueno, chillar.

1. Flumph

Es considerado el monstruo más débil de todo Dungeons & Dragons, y no es de extrañar.

Esta especie de medusa aérea, cuyo principal ataque consiste en rociar un líquido apestoso para que tus compañeros te rechacen, puede ser vencida sin desenvainar la espada. Solo debes ponerla boca abajo. En serio.

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